En enero de 1941. María Luisa estaba en Viña del Mar, cuando vio en un diario la noticia del regreso a Chile, desde los Estados Unidos, de Eulogio con su esposa. La imagen de la felicidad de ellos se la hace intolerable. Viaja a Santiago. La tarde del 27 de enero de 1941 entra al Hotel Crillón, donde pide un cointreau y escribe una carta para Eulogio, que no termina. Poco antes de las cinco abandona el Hotel. Por desgracia, en ese mismo momento, él va saliendo de un edificio. Ella lo sigue, lo llama, él no responde. Entonces ella saca del bolso una pistola y le dispara tres balazos. Se lo llevan en un taxi a la Asistencia, cuando le informan que la culpable fue María Luisa Bombal, Eulogio se muestra extrañado. "¡Pero si hace tantos años que no se de ella!" -dice.
Eulogio no se querelló e hizo lo posible para aminorar la culpa de María Luisa. Gracias a esto, y a los informes médicos que indican que actuó en un estado de privación de sus facultades mentales, la justicia la absuelve el 15 de julio de 1941, sentencia que aprueba la Corte de Apelaciones de Santiago, el 21 de octubre de mismo año.
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